Cuando el pasado 1 de junio, el Urbia U Energía Voley Palma anunciaba que su principal patrocinador no iba a continuar en el club, se encendieron todas las alarmas dado que se marcaban dos semanas de plazo para definir su futuro. Desde el club eran muy pesimistas, y aún a día de hoy, no las tienen todas consigo.

Según me consta, el pasado viernes todo estaba prácticamente finiquitado para que el lunes 14 de junio en el comunicado figurara que el CV Palma no iba a inscribirse en la próxima Superliga 21-22. En ese fin de semana, y a través de un tercero, apareció en escena una empresa que querría colaborar en la supervivencia del club. En las conversaciones, y según pudimos saber, en el día de ayer todo estaba supeditado al Consejo de Administración de esta empresa que en un plazo de 10 días debe celebrarse y en el que uno de los  punto del día, se pondrá sobre la mesa la posibilidad de aportar su grano de arena para que el equipo sea de la partida. Se necesita una aportación de 100.000€ de los cuales una importante suma sale de la aportación del Govern Balear. Desde el club son prudentes. No quieren dar a entender con ello que el club ya está salvado ni que el equipo esté sentenciado. Se ha abierto una luz de esperanza, sí. Se ha salvado el primer “Match ball”, también.

En el plano deportivo, todo está parado. Es más, ante la incertidumbre, todos los miembros de la plantilla fueron buscándose otros caminos, incluido su entrenador Marcos Dreyer, que tiene apalabrada su contratación con el Olímpico de Las Palmas para llevar la dirección deportiva del club canario.

Menos suerte corrió en categoría femenina, el otro club que andaba con apuros. El Voley Playa Madrid no se inscribirá en la Superliga femenina que tan brillantemente consiguieron ganarse en la cancha su derecho a estar entre las 12 mejores de España. Ni tan siquiera, quisieron usar la baza del CV Palma. Es decir, inscribirse ahora y darse quince días de margen hasta que día 1 de julio haya que formalizar la inscripción, abonando la correspondiente cantidad de dinero para la misma. En el caso de las madrileñas, la cantidad que estimaban necesaria para afrontar la nueva categoría rondaba según se comentaba, los 40.000€.

Entrar en un período de reflexión para buscar y hallar una explicación, y posterior solución, es caer repetidamente en que año tras año, lo que se consigue en la pista, se pierde en los despachos. Unos lo achacarán al Covid, otros a la subida de cuotas por parte de la RFEVB en el peor año posible, al enorme salto que significa pasar de SF2 a la máxima categoría, etc… Volveríamos a entrar en un bucle que año tras año azota al voleibol español y del que no tiene una inminente solución.

Próximo “Match Ball” en dos semanas. Tiempo muerto solicitado por CV Palma.

 

Tony Pizà
Imagen: Club Voley Palma