Aquí está la tercera entrega de “El Otro Punto”, la sección de las curiosidades y de la historia de un deporte formado por y para gente distinta. Los más de 160 metros cuadrados de pista contienen muchas líneas escritas. Hoy hablamos sobre el derbi de Castellón, un partido con mucha rivalidad y, cada vez, con más antecedentes. ¡Qué vuele el balón!

Este fin de semana la ciudad de Castellón, ha vivido el derbi entre el Mediterráneo y el UBE L’Illa Grau. Más de 200 partidos son los que suman en esta categoría entre ambos. Un partido que sirvió de preludio para una semana de fiesta y celebración para la capital de la Comunidad Valenciana, ya que están sumergidos en la Magdalena.

Para contar lo que pasó, hay que remontarse al 17 de octubre de 2015, fecha donde se jugó el primer encuentro oficial entre ambos combinados. Fue un partido plagado de tensión, como recordarán las más de 350 personas que asistieron al Pablo Herrera aquel día. El Mediterráneo que iba perdiendo por dos sets, fue capaz de empatar el partido y llegar a perderlo por la mínima en el Tie-Break.

Pues bien, desde aquel día, UBE L’Illa Grau ha conseguido siempre vencer a domicilio a su vecino. Solo ha caído en una ocasión, y en su propio feudo, algo que supuso el principio del fin del equipo de Carlos Cavalli. El argentino dirigió su última temporada al frente de la plantilla grauera dando paso a Vladimir Stevovski.

Este año es una situación totalmente contraria. El equipo de Santiago López está en la cuerda floja, aunque ha mejorado sus registros de la temporada anterior, donde finalizó en posición de descenso. Este año, está en el mismo lugar a falta de 3 jornadas para el final. Algo que deberá cambiar si Castellón quiere vivir otro derbi en Superliga.

Diseño portada y texto: Jorge Moragón (@JMoragon9)