Escuchad mis palabras y ser testigos de mi juramento. La noche se avecina y ahora empieza mi guardia. “El Otro Punto” esa sección donde el invierno alberga las curiosidades de un deporte formado por y para gente distinta. Los más de 160 metros cuadrados de pista con muchas líneas por escribir. Durante esta noche y todas las que estén por venir… ¡Qué vuele el balón!
Soy la espada en la oscuridad, viviré y moriré en mi puesto. Esas son las palabras que podrían pronunciar perfectamente los norteños de José Ignacio Marcos Salazar. El técnico de la Textil Santanderina ha conseguido poner a su equipo en un merecido liderato en solitario por primera vez en la historia del club.
Unos números que hacen de Cabezón de la Sal el muro más allá del norte, aquel que separa el mundo de los modestos con el de los gigantes. Es que el equipo blanquiazul es el segundo con menos presupuesto de la Superliga, pero cosecha unos números cada vez mejores. Tras 111 partidos en la máxima división del voleibol nacional, son los mejores de España, por lo menos durante una jornada.
Cambio de guardia
Soteldo, Sunny, Rojas, Gryuk, Chimo, Osado, Calzón, Fernández, López y Blanco. Jugadores que hacen guardia y que se complementan a la perfección para encontrar el camino hacia la primera Copa del Rey de la historia del club. Aunque parezca extraño, no han participado todavía en ninguna de las máximas competiciones eliminatorias. Algo que parece estar más cerca este año.
Es el sexto equipo de los participantes este año con mayor porcentaje de victorias. Un 41% que les sitúa por detrás del Teruel, Unicaja Costa de Almería, Urbia Voley Palma, Ushuaïa Ibiza y Río Duero Soria. Cinco de los seis equipos con más historia en la competición, solo superando en este punto a Vecindario ACE Gran Canaria.
Entregarán su vida y su honor para conseguir mantenerse donde están y competir con los mejores. Un juramento que a ritmo del tambor del Matilde de la Torre, ya se empieza a entonar en Cabezón de la Sal.
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