Comunidad Vóley es un lugar de encuentro y participación hecho por y para amantes del vóley y como tal, vuestras opiniones también tienen cabida en este espacio creado entre todos. Miriam Escuín y Daniel López, colaboradores habituales de Comunidad Vóley, nos trasladan su opinión sobre la noticia referente a la participación de Laia en la Copa de España.

ESCALA DE VALORES DIFERENTES

El lunes hubo un huracán, pero no fue un huracán meteorológico. Todo ocurrió cuando saltó la noticia de que Laia, jugadora del Club Voleibol Esplugues era vetada para participar con su equipo de toda la vida en la Copa de España de Voleibol, la llamada «fiesta del voleibol». La cuestión es que Laia tiene síndrome de down y es un año mayor que sus compañeras, por lo que por edad debería jugar en la categoría cadete y no en la junior.

Con la información que he podido recopilar y que ahora mismo tengo en mis manos quiero dar mi opinión, que no es buena ni mala, simplemente es mía.

La Federación Catalana jamás ha puesto ninguna pega en cuanto a este tema, pero ha sido en el momento de participar en este campeonato cuando la Real Federación Española de Voleibol ha dicho no.

Para empezar, hablaré de la discapacidad de la niña, a la cual no conozco y por tanto menos aun sus características. Una de las particularidades de este síndrome es el retraso madurativo por lo que es muy común que estos niños estén escolarizados un curso por debajo del que les correspondería de acuerdo a su edad. Es decir, lo mismo que en su equipo deportivo sin existir ningún problema. Es más, me atrevería a decir que si esta niña, a la que repito no conozco de nada, ha sido capaz de aprender las normas de juego su retraso debe ser leve.

El CV Esplugues ha hecho un ejercicio de inclusión que la RFEVB se niega a hacer ya que la única opción que da es que se inscriba como cadete, con un equipo que no conoce y con el que nunca ha entrenado. Si para un jugador adulto puede resultar difícil la adaptación cabe pensar que para una niña como Laia más.

Por otro lado, si tenemos en cuenta que la temporada que viene todo el equipo pertenecerá a la categoría cadete, ¿es necesario causar este trastorno a la jugadora? si llega a un próximo ascenso de categoría, ¿se volverá a encontrar con los mismos escoyos?

Uno de los artículos de la RFEVB dicta lo siguiente: «La RFEVB podrá modificar cualquier apartado de esta normativa para mejorar tareas administrativas, de gestión, calendario o desarrollo de competiciones». Es decir, que pueden utilizarlo perfectamente para hacer una excepción y permitir que Laia participe con su grupo.

Vivimos en una sociedad en la que se promueve el deporte, la actividad física, el juego activo por encima del apalancamiento en el sofá con un videojuego. Tenemos a una niña que pese a sus dificultades se ha lanzado al deporte apuntándose a un equipo y desde altas instancias le cortan las alas. No sabemos hasta dónde llegará pero mientras ella quiera y pueda se le debería dejar jugar. ¿Cómo se le explica todo esto a Laia? ¿Porqué no se encarga de darle la mala noticia alguien de la federación?

La Copa de España se vive como la fiesta del voleibol base, puesto que el objetivo primordial en estas edades es favorecer el crecimiento personal, fomentar el trabajo en equipo y, por supuesto, divertirse y jugar al vóley. Esto es lo que debería imperar. Evidentemente hay unas normas de juego y un reglamento, pero bajo mi punto de vista existe una normativa superior que es el sentido común y que no se está aplicando.

En pleno siglo XXI que todavía algunas entidades no se den cuenta de que debe ser el entorno el que se adapte a la discapacidad y no al contrario para que exista una plena inclusión es muy lamentable y demuestra que aún queda mucho trabajo por hacer en este sentido.

Para finalizar, decirle a Laia, a sus papás, a CV Esplugues que luchen y peleen por lo que a todas luces parece de lógica, y dar las gracias a los que han mostrado su apoyo sobre este tema.

#Laiajuega

Por Miriam Escuín


 

¿QUÉ SE ENTIENDE POR INCLUSIÓN?

La RAE todavía no ha tenido a bien en exponer entre sus acepciones lo que significa la palabra inclusión en el sentido de las personas, únicamente nos advierte que es la acción y efecto de incluir. Si investigamos un poco más sobre el término, éste sustituye al de integración allá por los años noventa del siglo pasado y pretende que hay que cambiar el sistema para que responda a las necesidades de todos los alumnos y no al revés, que el alumno deba adaptarse al sistema.

El caso de Laia responde fielmente a esta definición, la normativa es correcta para un alto porcentaje de los deportistas, pero hay excepciones que deben ser reflejadas, conscientes de la gran diversidad a la que por suerte nos enfrentamos hoy día gracias a la labor de muchos por la inclusión deportiva.

Por ello es muy importante no legislar desde un simple despacho, sino salir a la calle y comunicarse con la realidad, aparte de pedir asesoramiento a personal capacitado al respecto. También es de recibo, que el resto de los mortales sepamos apaciguar nuestros ánimos y permitir que las nuevas cuestiones que salgan de cualquier índole, tengan su proceso de rectificación.

Por Daniel López


Comunidad Vóley se siente reflejada en estos artículos de opinión.
Gracias, Miriam, gracias, Daniel, por plasmar con vuestras palabras, las opiniones, cuestiones y valores que compartimos entre todos.