Hoy me encuentro melancólico. No paro de dar vueltas a que cualquier tiempo pasado fue mejor… Pero bueno, fue diferente quizás. Estuvo lleno de personas que creyeron, que fueron valientes y atrevidos… y sí, también los acompañó una sociedad distinta en algunos aspectos, pero que no dejaron nunca de luchar por su tesoro más valioso. Este no era otro que la ilusión de ver cumplido su sueño.

A lo lejos suena en la radio la canción “te esperaré toda la vida”, de Dani Fernández, y buena parte de la letra refleja mi estado de ánimo en estos momentos.Simplemente estoy cansado de esperar por las esquinas… Pero aún me quedan fuerzas de ir volando hasta la cima”. Yo que me he pasado mi vida sin parar más de lo necesario en cada pulso al que me enfrentaba para después volar hacia mi siguiente reto… Hoy me siento un poco deshilachado, pero juro que volveré a levantar el vuelo.

Perdón por no haberme presentado, pero la verdad es que prefiero no hacerlo de momento. Soy uno de los miles que, no hace muchos años, disfrutaban por todos los rincones con chicos y chicas jugando a este maravilloso deporte, y que ahora por un sinfín de razones, la mayoría incomprensibles, se nos hace difícil encontrar voleibol masculino en nuestro territorio nacional. Me encuentro personas que comentan que es un deporte de niñas… No hay deportes sexistas, somos nosotros los que nos empeñamos en clasificarlos. ¿Por qué lo hemos permitido? ¿Cómo hemos llegado a esto?

¡Qué no hay niños para practicar este deporte, sólo quieren fútbol! ¿Seguro? Pienso que no, el esfuerzo es un poco mayor al principio porque no hay tradición en la mayoría de los sitios ahora mismo, pero se puede conseguir. Si no que se lo pregunten a mi amigo Sergio Moyano de la localidad de Brenes, Sevilla. Ha sabido sufrir y ahora recoge los frutos en su Club Voleibol Manuel de Falla junto a todos sus compañeros.

Hemos mantenido largas conversaciones que siempre terminaban con una misma frase: “Lo conseguiremos”. Hemos reído, llorado, gritado a los cuatro vientos… Nos han dicho que estamos locos… ¡Bendita locura que nos hace recorrer colegios, institutos, casas de amigos! Buscando niños grandes, chicos y medianos ¿qué más da? Juntos conseguimos que un chico diagnosticado con TDAH jugara con nosotros, ¡qué disfrutamos con ese reto! Yo volaba de puerta en puerta formando equipos muy heterogéneos en aptitudes, pero homogéneos en su pasión: “Voleibol”.

¡Bendito deporte! Ese que nos hace adentrarnos en nuevos retos cada día, como el que me propuso Sergio hace unos meses de ir a una guardería a dar clases de vóley. ¡Casi se me saltan las costuras! Al principio me sentí un poco contrariado. Me veo un poco tosco para ello y sé que tengo compañeros mejor preparados para esta labor. Pero bueno, me armé de valor y tiré hacia delante. Salió perfecto. Los pequeños eran increíbles, puro amor. Todo lo que le enseñabas lo absorbían de momento, y pronto fui notando que me estaba volviendo cada vez más contento y mi piel se ablandaba para ellos.

¡Qué tonto estoy siendo la verdad! Yo mismo al contaros estas historias me doy cuenta de que no tiene sentido estar deprimido. ¡Se puede! Hay que coger aire fuerte, muy fuerte, y seguir adelante. Hay que mantener la presión justa siempre.

 

Gracias a mi amigo he tenido contacto con otros muchos entrenadores que nos han ayudado en estos años, y ellos a su vez hacen una gran labor en sus respectivos clubes para conseguir el mismo objetivo que nosotros. Desde equipos de localidades cercanas (Arahal, Fuentes de Andalucía, Dos Hermanas, Utrera…) a otras comunidades autónomas. Personas que merecen todo mi respeto por su gran labor para recuperar el voleibol masculino.

Pero te necesitamos a ti también que me estás leyendo en estos momentos. Deseamos tu apoyo, y el de otros muchos, para acabar de derribar este muro psicológico que se ha creado en muchos ambientes, y que traslades esta idea al círculo de vóley donde te mueves. En el CVMF te pueden echar un cable si tienes algún tipo de dudas, pero hay infinidad de personas a lo largo del territorio nacional que estará encantado de atenderte y compartir experiencias. En Almería hay mucho voleibol masculino, por ejemplo.

En Madrid, tengo un joven amigo que hace unas semanas me contaba cómo disfrutaba de un partido de homenaje a la sección de voleibol de Real Madrid y Atlético de Madrid, durante el descanso de un encuentro de la Superliga Femenina. “Sentí en mi piel todo lo que me contabas sobre aquellos años”, me contaba al término de la exhibición.

El voleibol femenino tiene mucho que decir al respecto del masculino, y debemos apoyarnos en él para lograr nuestro objetivo. Aquí no es cuestión de rivalizar uno sobre otro, ni de machismos ni feminismos, es cuestión de sensibilizarnos en compañerismo y luchar unidos para conseguir metas juntos. Todos #SomosVoleibol

Bueno, se hace tarde y hay que pensar en recogerse, es hora de regresar a mi casa. He sido compañero de partidos de infinidad de jugadores en todo el mundo. Chicos y chicas que encontraban en mí el “socio” ideal para disputar los partidos con sus amigos o competiciones. Vuelvo a mi casa, blanca, desde donde seguiré contando vivencias a mis sucesores, más versátiles y coloridos. Mi casa está en el número 200 de una ciudad cualquiera, de un país sin determinar. Marqué una época para muchos de los que hoy nos encontramos aquí, frente a frente. Luchemos juntos para que esta historia vuelva a repetirse. Que la estrella de mi nombre nos guíe.

 

Artículo de Dani López: ( @DaniLopezVoley)

Imágenes cedidas por Sergio Moyano