Los últimos días de los Juegos del Mediterráneo albergaron la competición de vóley playa donde España se hizo con su primer oro en categoría femenina, donde también se llevó el bronce. 

Durante el 28,29 y 30 de junio, en la Playa de L´Arrabassada se disputó la competición de vóley playa. España competía con cuatro de sus mejores parejas: Paula Soria y Belén Carro junto con Amaranta Fernández y Ángela Lobato en el cuadro femenino, y Christian García y Raúl Mesa más los hermanos Huerta (Alejandro y Javier) en el cuadro masculino. Las parejas olímpicas Lili-Elsa y Herrera-Gavira se encontraban en Varsovia disputando una prueba del World Tour.

El primer día se cerró con pleno de victorias para todas las parejas españolas. Argelia, Serbia, Portugal, Mónaco y Eslovenia fueron los primeros rivales que cayeron. Las complicaciones llegaron a partir del segundo día de competición. Los hermanos Huerta no pudieron contra la pareja turca Giginoglu-Gogtepe, que terminaron colgándose el oro, ni con los eslovacos Bozenk-Pokersnik, lo que les impidió pasar como primeros de grupo a los hermanos Huerta. El resto de parejas españolas, tanto en el cuadro femenino como en el masculino, se seguían contando los partidos por victorias.

Ya en cuartos de final los rivales eran cada vez más difíciles y las parejas españolas debían encontrar su mejor juego para ir superando los partidos siguientes. Esta fase solo la superaron las parejas femeninas, tanto los hermanos Huerta, que cayeron contra los franceses Aye-Krou, como García-Mesa que no pudo contra la pareja turca Mermer-Urlu, terminaron la competición mediterránea. “Estamos contentos de haber podido participar en este torneo porque es una cita a la que venían buenos equipos y además nunca habíamos tenido una experiencia con el Comité (COE). Dimos lo mejor de nosotros, peleamos el partido, no pudimos contra los franceses, que son más fuertes hoy en día, tienen más experiencia y son más mayores”, nos comentaban los jóvenes Huerta procedentes del CIVP de Lorca al finalizar la competición voleyplayera.

Una vez que las parejas masculinas fueron eliminadas, la competición se centró en el cuadro femenino que además, una vez superados los choques de cuartos de final, enfrentaba en semifinales a las dos parejas españolas: Soria-Carro y Amaranta-Lobato. Lo bueno es que España se aseguraba su presencia en el pódium; lo malo, como nos contaba tras el partido Paula Soria, “las cruces han sido así y al final solo puede quedar una”. La alicantina nos comentaba que fuera de la pista son compañeras pero una vez les separa la red, son rivales, pero, sin duda, hubiera preferido una final España contra España, que una semifinal. El duelo finalmente se resolvió con un 2-1 en el marcador para Soria-Carro.

 

LLEGARON LAS MEDALLAS

La tarde del sábado traía olor a metales para las parejas españolas. El primer encuentro debía disputarse a las 16:30 y en él se enfrentarían Amaranta Fernández y Ángela Lobato contra las italianas Traballi-Zucarelli en busca del bronce, sin embargo esta no se presentaron al encuentro. Las molestias en el abdomen de una de las integrantes de la dupla italiana durante el partido de semifinales contra Francia hizo que necesitara asistencia médica, superando incluso el tiempo reglamentario, pero pudiendo terminar el partido de semifinales. No fue así en el partido por el bronce, donde el comité italiano anunció minutos antes del choque que la jugadora italiana no podía disputar el encuentro por motivos de salud (entre los vestuarios se hablaba de posible apendicitis), lo que automáticamente dio el bronce a las españolas Amaranta Fernández y Ángela Lobato.

El siguiente partido con representación española fue la final femenina. Soria-Carro se medían a las francesas Chamereau-Jupiter. El encuentro comenzó con dominio español, pero las francesas supieron sobreponerse y llevar el encuentro al tie-brea. Finalmente un 2-1 (21-16/18-21/15-11) en el marcador daba el oro a la pareja española. “Sabíamos que iba a ser un partido duro. Hemos comenzado cómodas pero han sabido remontar y forzar el tie-break. En el tercer set hemos salido tranquilas, lo que nos ha permitido recuperar nuestro juego y sobre todo disfrutar mucho”, nos explicaba la joven Belén Carro, quien aseguraba que estaba medalla, además de una hazaña, puesto que es el primer oro en categoría femenina que logra España en unos Juegos del Mediterráneo, supone un plus de motivación de cara  no solo al mundial universitario que están disputando en estos momentos en Munich, sino para afrontar el resto de la temporada, “aunque se gane el oro, siempre se quiere más y seguir mejorando.”

 

Sin duda, estas parejas españolas van a dar que hablar… y la temporada todavía no ha llegado al ecuador.