Más calmado tras el baño de emociones que supone cerrar una temporada así, Marcos Dreyer, entrenador del campeón de Copa y Superliga, Ca´n Ventura Palma, nos ha contado qué ha supuesto esta temporada en lo personal y en lo profesional tras vencer en Son Moix a Unicaja Almería por 3-1 en el tercer partido de la final.
A la hora de atender a los medios, se ve reflejado en Zidane: “además de ser calvo como él, (risas) todavía no tengo la “maldad” del entrenador y contesto realmente lo que la gente me pregunta”; por ello, tras un importante partido, tiene la misma atención con la prensa que con cualquier aficionado que se acerque a la pista para comentar el partido con él. El brasileño Dreyer, que ha jugado 15 superligas en España y ha entrenado a categorías inferiores masculinas y femeninas, transmite su pasión por el voleibol de una forma cercana y amable y, al mismo tiempo, siendo muy crítico consigo mismo: “Porque gane no creo que haya hecho todo bien. Sé que me he equivocado en muchos momentos. Como entrenador tengo que mejorar mucho”
- ¿Te esperabas una final de Superliga así?
No, esperaba ganar un partido en Almería y traer la final para acá. Ese era mi plan optimista para este campeonato. En tres partidos no me lo esperaba.
- Tras ganar los dos primeros partidos en Almería, ¿Cómo viste a Unicaja Almería en el partido de Son Moix?
Empezaron muy bien. Anteriormente había comentado con mis jugadores que es un equipo que iba a salir a arriesgar todo y alguna buena racha iban a tener. En el primer set los cuatro que sacan duro, sacaron duro y dentro; nos ganan fácil el primer set. El segundo set ganamos nosotros bien, el tercero fue muy parejo y el último ya bastante fácil.
- Con las perspectivas de que Unicaja iba a salir a por todo, ¿Cómo estaban tus jugadores antes del partido?
Cambió un poco de lado la presión. Nosotros pasábamos a ser absolutos favoritos, y claro, teníamos que ganar delante de nuestra gente y no es tan fácil ganar. Y también teníamos 3000 personas en el pabellón. Nunca planteamos un partido solo. Yo le tengo respeto a Almería. Nosotros no teníamos un lugar donde cenar el sábado después de la final, traté de cuidar esos detalles, de no tener ni un plan que no fuera jugar otro partido. Hay que salir a ganar, teníamos equipo, salió todo bien, pero si nos hubieran ganado uno no nos podían desmontar el equipo. Por eso fuimos muy cautos en el sentido de la seriedad que teníamos que afrontar.
- Como bien dices, teníais que ganar delante de vuestra gente, ¡3000 personas llenaron las gradas de Son Moix! ¿Cómo se vive un partido así, en el que podéis ganar la Superliga en casa y ante tantas personas?
Esto es lo que más se comenta aquí en Palma. Nosotros, el primer partido de liga lo jugamos con 300 personas. Y terminamos con 3000, siempre fue creciendo. Tuvimos que abandonar el otro pabellón (Pabellón German Escalas) cuando teníamos 900 personas y cuando salimos del otro, la duda era si lo podríamos llenar, porque Son Moix es muy grande. Antes de los playoffs jugamos contra Barcelona y había 1300 personas, y la verdad es que se escuchaba muy bien; y ya con Teruel, cerca de 2000 personas ya, eso fue espectacular, porque la verdad es que la ciudad esperaba vóley, porque es una ciudad acostumbrada a buen nivel, son finos, tienen el gusto fino y, bueno, nosotros ahora estamos muy contentos con el ambiente de la ciudad. Se ha recuperado el vóley en una ciudad histórica y se nota.
Ese reenganche de los vecinos de Palma al voleibol, nos cuenta Dreyer que se ve y se vive en el día a día: “El otro día me encuentro a una señora por la calle que me empezó a hablar del partido y empezó a llorar. Como somos un equipo nuevo, mucha gente se ha identificado con nosotros, mucha gente se siente parte de este proyecto y realmente lo es. Están ahí todos los partidos y al final del partido siempre tienen el cariño de los jugadores que se quedan ahí con ellos y eso le llega a la gente.”
Revivir la afición por el voleibol en Palma es otro triunfo que os lleváis también, y que, supongo, se lo devolveréis a esa afición “fina” como dices la próxima temporada en la que podréis jugar en la Champions.
No se sabe. Está en el aire todavía. Pero sí que era una presión muy grande. Yo he jugado aquí antes, pero no teníamos que ganar solo tenía que hacer un buen papel. Pero saber que tienes que ganar, saber que la gente de aquí sabe de vóley, le gusta el vóley, y llegar a esta gente como hemos llegado, la verdad es que es algo espectacular.
- Jugador de voleibol convertido en entrenador de Superliga, esta temporada te tocaba dirigir al equipo desde el banquillo, ¿cómo has vivido ese cambio deportivo?
Yo jugaba, pero también entrenaba. En Teruel llevaba a las chicas, en Castellón a los juveniles, o sea, que yo ya venía preparándome desde hace tiempo.
- Sí, pero este equipo tenía grandes objetivos en su debut en SVM, el salto ha sido muy grande.
Sí, claro, ha sido muy grande. Pero creo que el acierto es que yo en esta liga ya jugué durante 15 Superligas, ya la conocía. Entonces, creo que mi gran acierto fue fichar a jugadores de aquí, que conocen la liga, y saber el rendimiento que me iban a dar. Yo no he arriesgado mucho en fichajes, he fichado a los que estaban en Almería, por ejemplo, gente a la que yo ya había visto ganar la liga. Yo tenía que asegurarme un resultado y lo he hecho de esa manera. Por mi conocimiento de los años de liga, también conocía a las personas que he fichado y eso también fue el gran secreto mío.
- Quizá la temporada de SVM no sea tan larga como en otros deportes, pero eso no quita para que pueda pasar de todo durante los meses que dura. En este tiempo no todo han sido victorias, ¿cuál ha sido el momento más duro para Marcos Dreyer?
Fue el momento donde pensé que había fallado. Porque yo tomo la decisión de tener un equipo corto, tengo una plantilla corta y he apostado por eso. En cuenta de coger el dinero y fichar a dos jugadores de un nivel, he decidido mejor traer al número uno. Hice el equipo así y me quedé con un banquillo limitado y en un momento de la temporada cuando se tienen problemas de lesiones, si no tengo la suerte de que los jugadores estén bien, esto sería una decisión equivocada. Y ahí sufría porque no estaba en mis manos.
- Afortunadamente ese mal momento pasó y se pudo superar, a los resultados me remito, por lo que también se han vivido muchos momentos buenos, ¿con cuál de todos ellos te quedarías?
Yo, con la Copa (del Rey). Todos decían que podíamos hacerlo, aunque al principio se decía que teníamos jugadores pero que no teníamos equipo, pero la Copa fue el divisor de aguas. Contra Ibiza, el último partido del año jugamos muy bien; Luego con el parón de navidad y las lesiones de Álex y Fran tuvimos problemas que pasaron factura. Luego, en la Copa, tenía el fichaje de Alberto que me llegó justo para poder jugar la Copa, aunque llegó con un problema físico que lo recuperamos. Pero ganar la Copa del Rey fue… Yo siempre lo digo, salimos de aquí para ganar a Soria, y ganar a Almería 3-0 en una semifinal, y la final, fue como fue… espectacular. En el Playoff, como siempre había otro partido… Al final ganamos el sábado, pero si perdíamos había una más. La Copa tiene un sentido especial. La tuvimos muy perdida, la tuvimos ganada… Eran todo emociones.
- Damià Seguí tenía claro el objetivo de esta temporada: ganarlo todo. ¿Cómo está el presidente ahora que su equipo ha logrado el objetivo?
Él siempre está contento. Muchas veces está contento y no le gusta pasar porque piensa que los jugadores se van a relajar. Hubo días en los playoffs que me ha dicho “yo estoy muy feliz, pero no le digas nada a los jugadores”, luego llegó y se puso hablar con ellos y les dijo que estaba muy contento pero todavía no estaba hecho. Damià nos ha transmitido siempre la motivación de ganador y yo creo que hacer un playoff 3-0 como hemos hecho, ha sido mucho porque cada momento del año nosotros tuvimos la presión de ganar, entonces, llegado el momento de verdadera presión, donde muchos jugadores sufren y sienten, para nosotros no fue problema. Por ejemplo, el partido contra Cáceres, perdimos un set contra un equipo que hoy está descendido; habíamos perdido también contra el Barça… Perder ese set fue muy difícil para el equipo y para mí, yo tuve influencia directa ya que hice cambios y recuerdo que esa noche fue muy dura. La presión siempre estuvo y a la hora de llegar a unas finales nosotros supimos llevarlo mejor.
- Antes nos contabas que, aunque existía la posibilidad de ganar la Superliga, no había celebraciones previstas para el sábado. Al final, imagino que se pudieron improvisar.
Sí que hubo, cuando terminó el partido dijimos, ¿dónde cenamos? ¿qué hacemos? pero antes no porque no sería serio. Yo les dije a todos que por favor a mí no me llegara que nadie se estaba llevando una ropa especial para después del partido, porque nosotros jugamos cerca de nuestro gimnasio y ahí tenemos baños de hielo donde recuperamos para el siguiente partido. Por ejemplo, cuando terminó el primer partido contra Teruel, fuimos al gimnasio, y sabíamos que podíamos ganar porque lo teníamos muy de cara, pero también se podía perder. La gente del club tuvo ese detalle conmigo cuando les pedí que por favor yo no viera nada relacionado con la victoria, porque se tuvo que montar la ceremonia, montar un pódium y un montón de cosas… y les pedí que ni a mí, ni a mis jugadores, nos dijeran nada, que las cosas que tuvieran que traer al pabellón las trajesen cuando nosotros no estuviéramos. Nosotros no tenemos que ver un pódium… estaba la copa cerca de la pista y yo no la quería mirar porque no hay que mirarla.
- Pero una vez conseguida la victoria, sí que la mirarías y la cogerías…
Claro , claro, ahí ya fue diferente, diferente a la Copa, que salimos de Leganés y para el aeropuerto, fue muy bonito, pero fue diferente. Aquí, con las 3000 personas de este pabellón fue un momento único.
- ¿Qué le pasaba por la cabeza a Marcos Dreyer en ese momento?
Pasaba mi vida, pasaba mi familia que estaba en Brasil viéndolo por la tele, la gente que me ha ayudado, la suerte que he tenido también. Yo soy católico y agradecía mucho.
- Para terminar, aunque todavía es pronto, ¿cómo esperas que sea la próxima temporada? ¿Contarás con el mismo equipo o habrá cambios?
Porque gane no creo que haya hecho todo bien. Sé que me he equivocado en muchos momentos. Como entrenador tengo que mejorar mucho, y como club todo lo que esté en mi mano también intentaré mejor, no puedo tropezar dos veces con la misma piedra.
Marcos Dreyer nos deja una última reflexión sobre esta temporada en la que el foco de atención estaba en la ciudad de Palma:
“El vóley es mi vida y es la vida de Damià y estamos transmitiendo eso a la gente de aquí.”
Pilar Barbó
Últimos comentarios