Unicaja Almería recibía en casa a C.V. Teruel en el tercer encuentro de los cinco posibles de la final de la Superliga Masculina. La semana anterior, el equipo naranja se impuso en casa al conjunto ahorrador y estaba a 3 sets de ganar su séptima Superliga.

C.V. Teruel estaba de aniversario, en una de las temporadas más duras para el club, los de Miguel Rivera viajaban a Almería con el recuerdo del primer título liguero de la máxima categoría que hacía 10 años habían logrado en esa misma ciudad. El conjunto aragonés, que ya había logrado vencer a los andaluces en el Supercopa pero no en la Copa de SM el Rey, donde fue el conjunto de Manuel Berdegué quien se hizo con el título, saltaban a la pista del Moisés Ruiz con 2 puntos de ventaja en la final sobre los locales al haber vencido en Los Planos una semana antes.

Unicaja Almería sabía que no podía repetir los mismo fallos que en los primeros partidos de la final, sabían que debían mejorar en todas las facetas ante un imponente CV Teruel y sabían que, pese a las acusadas bajas con las que contaban (ni Almansa, ni Fran Ruiz, ni Viciana se encontraban disponibles para jugar) debía y podían hacerlo. Lo hicieron, sí, mejoraron su juego y el equipo se vio más sólido respecto al equipo al que se enfrentó CV Teruel en casa, pero la serenidad de los vigentes campeones, que se enfrentaban a su rival con la tranquilidad de los deberes hechos, les hacía superiores en los momentos decisivos y tras ganar los dos primeros sets por 23-25, en el tercero, Unicaja Almería, se descompuso y poco pudo hacer para evitar la victoria del conjunto turolense.

Un 0-3 que suponía su séptima Superliga en diez años y revalidar título y lograr dos de los tres trofeos en juego en la misma temporada en la que devolvieron el voleibol español a Europa. Emocionado el cuerpo técnico y la Marea Naranja que acompañó a su equipo hasta Almería, aplaudían y celebraban el triunfo liguero y el MVP de Andrés Villena, único jugador en lograr este reconocimiento en la final de la Superliga Masculina con tres equipos diferentes: Unicaja Almería, Ca´n Ventura Palma y ahora C.V. Teruel, y que recogía el premio vistiendo el dorsal número 4, “un número” que desde que se hizo eterno en septiembre no ha dejado de acompañar a su equipo en toda la temporada.