No podía terminar septiembre sin recordar el Campeonato de Europa que ganó la Selección masculina de voleibol en 2007, el logro más importante alcanzado por España en este deporte.
El pasado domingo, coincidiendo con el arranque de la SFV2 y con el derbi madrileño entre C.V. Madrid Chamberí y Feel Volley Alcobendas, en el Estadio de Vallehermoso se recordó aquel oro europeo en forma de homenaje. Al acto acudieron Rafa Pascual y Guillermo Falasca, quienes no tardaron en compartir por el chat del grupo la placa y las imágenes del acto, “hemos intentado quedar todos para celebrar estos diez años pero como hay un porcentaje que sigue activo, como entrenadores o jugadores, es complicado que tengan permiso de los clubes si no se hace de manera oficial; como no ha habido ninguna celebración oficial de estos diez años, cualquier gesto de cualquier persona o club, evidentemente, puedes imaginar con qué orgullo y satisfacción se recoge”, explicaba Rafa Pascual.
Comunidad Vóley ha podido hablar con ellos sobre cómo se vivió aquel triunfo, cómo son ahora sus vidas y si ven posible que algo así se puede volver a repetir.
Lo primero que les preguntamos es sobre cómo recibieron este homenaje, cómo se sintieron esa tarde en la que el pabellón estaba lleno y además se estaba televisando por la cadena autonómica de Madrid, (sí, en Madrid se pudo disfrutar de voleibol en la televisión). “Muy contento y orgulloso. Fue muy emotivo, un homenaje de todo el vóley español a un equipo que ha marcado la historia, ahora estamos festejando el décimo aniversario, pero esperamos que pronto podamos seguir festejando un nuevo mérito. Es un orgullo formar parte de ese grupo, fue algo muy emocionante”, sentimientos de Falasca que compartía Rafa Pascual.
- ¿Con qué recuerdo o anécdota os quedáis de ese campeonato?
Rafa Pascual: Yo lo recuerdo como la película de Rocky. Teníamos el pabellón en contra, ocasiones en las cuales el arbitraje fue un poco dudoso y, los jugadores, el entrenador, todos estábamos luchando a contracorriente. Estábamos jugando en Moscú, con un ambiente espectacular, contra el equipo ruso, es normal que toda la fuerza la pusieran sobre la mesa y entre medias estaba el arbitraje, la presión del público, el equipo, las protestas… al final yo sentí como que se cambiaba la tortilla, todo ese ambiente del pabellón paso a empujar al equipo español, que lo estaba haciendo espectacular, que estaba ganando al equipo ruso, ¡la gran potencia!, y que podíamos hacer historia. Yo creo que envolvimos a todo el público, tanto extranjero como español, convencidos de que íbamos a ganar ese partido. Yo eso lo sentí, vi que el público estaba valorando el juego del equipo español y poniéndose a los pies del juego del equipo español y eso fue la motivación final para no dejar escapar ese europeo. Pero, sin duda, el mejor recuerdo que tengo es ver al equipo nacional jugar de esa manera. La mayoría del tiempo la pasé en el banquillo, animando, entrenando, viviendo intensamente ese europeo hasta que tuve que jugar en dos momentos muy importantes para el equipo, y gracias a Dios salió bien. Mi participación fue menor que otras veces pero con calidad. Estoy contento porque lo que más me gustó ver desde ese banquillo fue a un equipo nacional como nunca lo había visto, a primer nivel europeo o a primer nivel mundial. La satisfacción después de 20 años que cumplía yo, me hubiera gustado que la hubieran disfrutado todos los participantes de los equipos nacionales de toras las décadas.
Guillermo Falasca: Sobre todo tengo grabada la semifinal. Íbamos perdiendo 2-1 y 16-18, era un partido que estaba sentenciado y, sin embargo, lo recuperamos. Fue muy emocionante, una remontada realmente histórica que nos metía en la final del europeo contra el anfitrión, Rusia, era una locura. Aquella semifinal fue realmente de infarto. Anécdotas concretas no, pero sí puedo recordar de ese grupo que era un grupo de grandes amigos, con un objetivo en común y las ideas de trabajo y sacrificio muy claras, todos se enfocaban en un mismo objetivo que al final se consiguió. Sin duda eso suma, que los jugadores tengan buena relación suma, es como meter cosas buenas en un mismo saco, pero hay otros equipos que siendo campeones de todo no tienen la misma relación. Jugaba con José Luis Lobato, con el que jugaba desde los 14 años, con mi hermano, con José Luis Moltó… Era algo muy especial y, sin duda, suma, pero ese factor no era determinante, al final, determinante, es el nivel de los jugadores.
- ¿Qué haría falta en la selección actual para alcanzar otra final europea?
G.F.: Un oro es algo muy complicado de lograr, en un europeo hay seis equipos que pueden ganar el oro y al final solo lo gana uno. Antes de pensar en una final hay que pensar en volver a clasificarnos de manera continua en las grandes competiciones y jugar a un alto nivel en ellas. Volver a estar ahí, volver a luchar. Este grupo, antes de ser campeón de Europa quedó octavo, luego quedó cuarto y luego fue campeón. Creo que el objetivo es luchar, a partir de ahí los resultados acaban llegando.
Algo que también comparte Rafa Pascual, “tiene que competir al alto nivel cien mil millones de veces para llegar y competir luego en un europeo y hacerlo bien. Eso nos pasó a nosotros. Yo me pasé décadas compitiendo con el tercer nivel, hasta que llegamos a competir contra el primer, y hasta que empezamos a jugar las ligas mundiales, y hasta que empezamos a ganar partidos en las copas del mundo. Yo creo que solo el jugar y jugar, y la apuesta al equipo nacional en la inmersión en las competiciones nacionales, en la preparación, eso hace que el equipo coja las tablas suficientes y vaya a una competiciones a dar el talle.”
- Entonces, ¿cómo veis a los jugadores de ahora para ello?
R.P.: Yo veo a los jugadores fantásticos. Claro que no se deben hacer comparaciones, pero yo digo muchas veces que tenemos un equipo de jugadores valiosísimos. La diferencia que veo está en que el equipo nacional no recibe la atención que se merece. No creo que sea una diferencia de jugadores ni mucho menos, sino más que nada, la aportación de todo ese voleibol frente a ese equipo nacional que tenía que subir. Y nosotros trabajamos como creo que están haciendo estos chavales ahora, pero nosotros jugamos una liga mundial, jugamos competiciones internacionales, empezamos de cero y empezamos a ganar y ahí nos fuimos a unos juegos olímpicos, a una copa del mundo, nos fuimos a un mundial… toda esa competición es la que te hace entrar dentro de los mejores. Además, hay altura que no teníamos nosotros, hay físico que no teníamos nosotros y experiencia que no teníamos nosotros.
A la hora de darles un consejo para los actuales integrantes de la selección, Pascual,es más crítico: “tienen que luchar por mejorar las condiciones del equipo nacional, como lo luchamos todos en su momento. Tienen que pedir competiciones y mejorías, porque es la única manera de obligar a la Federación a apostar por ellos, que crean en ellos. Nosotros ganamos ese europeo igual que ganamos una posición en el ranking internacional, luchando por las pequeñas y las grandes cosas. No es solo entrenar y entrenar, también hay que jugar, hay que mejorar, hay que competir, hay que pedir una serie de condiciones, hay que ir a gusto. Sobre todo las condiciones que te lleven a ser el mejor. Si los demás tienen mejores condiciones, es difícil luchar contra eso. Para mí, se han dejado a los equipos nacionales de lado, no se les está dando esa importancia y protagonismo que teníamos en su momento y que nos ganamos, pero que se apostó por ello. Ahora no es la filosofía de la Federación o de este voleibol. ¿Piensan que el equipo nacional no es el alma mater de un deporte? Para mí sí lo es. Como no se cree así, evidentemente no se hacen las mismas cosas. Estoy convencido de que tenemos la calidad para poder hacer un equipo nacional como cuando se empezó con nosotros, pero con esa filosofía, si no se cambia la manera de trabajar, el equipo nacional seguirá manteniéndose a este nivel.”
Falasca, menos crítico con el modo de trabajo que se lleva a cabo con la selección y desde un punto de visto más deportivo e individual, también tiene claro qué consejo darles a los jugadores actuales para seguir creciendo: “para conseguir un objetivo de esa magnitud hace falta muchísimo trabajo, muchísimo esfuerzo y un gran convencimiento por lograr los objetivos, pero como para todos los grandes objetivos en el deporte, no solo el vóley. Todos. A partir de ahí los resultados empiezan a llegar. Solo gana uno, pero tener opciones de ganar sería interesante.”
Después de aquel histórico oro, ninguno de los dos jugadores sabía lo que le esperaba y menos a diez años vista.
“Yo me retire del equipo nacional, pero jugué otros cinco años hasta retirarme. Yo me retiré con 42 años en Francia, y no hace tanto tiempo, pero ya no era lo mismo y sacrificar a mi familia otra vez de país en país, buscando la mejor opción como entrenador o como jugador… en aquel momento decidí dejarlo. Después participé en la candidatura de olímpica de Madrid, un proyecto que si hubiera salido hubiera sido genial, y luego en otro proyecto empresarial, algo totalmente distinto pero con la misma mentalidad siempre: intentar hacerlo bien y que las cosas vayan bien y de momento van bien, tenemos nuestro público y estoy muy satisfecho de este cambio, de poder decir: no he hecho voleibol toda mi vida pero soy capaz de cambiar y hacer las cosas bien”. Así, contento y satisfecho, se encuentra actualmente Rafa Pascual, el mejor jugador nacional de voleibol, también nombrado mejor jugador del mundo, el capitán de la selección que hizo historia hace diez años.
Guillermo Falasca confiesa que nunca se ha planteado la vida a tan largo plazo, pero sin duda también vive un momento dulce, “estoy feliz con lo que me ha sucedido, he tenido una carrera deportiva bastante plena con algún bache tipo lesión de hombro, pero estoy muy orgulloso de lo que he hecho como deportista y ahora estoy disfrutando mucho de mi nueva etapa como entrenador, algo que me gusta y que no sé si se me da bien o mal pero lo disfruto así que muy mal tampoco se me dará (entre risas) porque me divierto. Los resultado me acompañan y el equipo (Feel Volley Alcobendas, SFV) va muy bien. Sin duda tengo que aprender muchas cosas, no es lo mismo ser jugador que entrenador y mucho menos es lo mismo el voleibol femenino que el masculino, podría decir que, prácticamente, es otro deporte.”
Ojalá no tardemos otros 10 años para hablar de un oro, sea con la selección masculina o femenina.
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