He intentado escribir este artículo varias veces y nunca lo termino. No sé si es porque estoy cerca de dar otra vuelta al sol ¡y qué vuelta! Si porque Comunidad Vóley se va haciendo mayor y está cerca de soplar 5 velitas o por todo lo que ha pasado este año. Sea como sea, ahí voy una vez más.
[Cojo aire y continúo tecleando]
Ha sido un año duro, difícil y muy complicado. Perdón, está siendo, porque lo que empezó en marzo de 2020 todavía no ha terminado y aunque se ve luz, no sabemos cuánto nos queda para llegar hasta ella. No sabemos cómo hemos sido capaces de hacer muchas cosas, cómo finalmente han salido adelante, pero lo hemos hecho.
Quedan pocas semanas para que termine la temporada y sigo mirando la programación de cada jornada con el temor de algún parón. Llegados a este punto sería muy difícil gestionar la frustración de un final inacabado, y si no que se lo pregunten a nuestra querida María Schlegel en semifinales o a jugadores de la liga Suiza, quienes por covid han sido eliminados de la competición o directamente esta se ha suspendido, como en Rep. Checa la competición femenina.
Pero también ha sido un año de aprendizaje, de sacudirse telarañas y moverse hacia caminos a los que todavía algunas personas renegaban. Ha sido un año para avanzar.
Personalmente, aunque piense que no es posible, cada día me siento más orgullosa de mi equipo (¡y no es peloteo, Dani!). Hace 5 años comencé esta aventura sin imaginar nada de esto y ahora no sé qué hubiera sido de mí si no me hubiera lanzado al vóley de esta manera y, sobre todo, si no se hubieran ido sumando este puñado de personas admirables que me soporta todos los días y lo que es peor aún ¡me siguen las locuras!
En este año he visto cómo quien no se atrevía a ponerse delante de la cámara, incluso llegó a usar carmín; Cómo quien tuvo meses negros sonreía como un niño al dirigir un programa en el que juntó a sus ídolos. Cómo grandes estrellas accedían encantadas a pasar un rato charlando sobre los viejos tiempos mientras compartían con nosotros un vino por videollamada, o cómo, cada día, más y más profesionales no solo nos dan las gracias por nuestra labor, sino que se unen a nosotros y sacan un hueco de sus apretadas agendas para grabar un vídeo, un podcast o lo que haga falta.
Hace un año se paró todo, sí, pero nos negamos a que también se dejase de hablar de vóley y lo que empezó siendo una maratón especial de entrevistas en formato de radio digital se convirtió en un programa semanal de unas cuatro horas que duró hasta finales de julio, además de un connato de debate electoral donde finalmente solo pudimos contar con un candidato y otro programa especial a principios de 2021.
Más de 50 horas “solo” de directos, sin contar la preparación previa y las pruebas de conexión con los invitados; Más de un centenar de invitados desde la base hasta olímpicos y campeones de Europa, gestores de clubes humildes que compiten junto a los más grandes, taraflex y arena, árbitros y periodistas, no ha faltado nada. Hemos viajado alrededor de 13 países y numerosas localidades por nuestro territorio y, a todos, nos ha unido el voleibol.
Todo esto ha sido gracias a vosotros, que nos leéis y dais ideas, a mis compañeros, que saben lo mucho que me gusta bailar y no hay día que no me toquen las palmas, y a quienes nos aguantáis en esta locura que es vóley y la vivís con nosotros incluso sin haberlo querido: padres, madres, hermanos, parejas, amigos, familia…
Gracias a todos por hacer que cada año que pasa sea más especial que el anterior, especialmente este año tan intenso, más arrollador que un día de cierzo y en el que tan feliz me habéis hecho, me estáis haciendo, pese a todo.
GRACIAS, COMUNIDAD. GRACIAS VOLEIBOL.
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Pilar Barbó
Somos emprendedores y nos gusta la gente emprendedora como la que conforma Comunidad Voley que hace de una pasión y afición su forma de vida; construye, imagina y lucha por su objetivo, dándonos la posibilidad de acceder y unirnos a una comunidad que comparte el mismo fin y, en definitiva, haciéndonos sentirnos mejor.