La pareja malagueña formada por Chema Ariza y Manu de Amo ha sido elegida por compañeros y aficionados #CMVP de Tarragona.

A falta de una semana para que comience el Campeonato de España de vóley playa en Fuengirola, hemos hablado con Ariza- De Amo, quienes además de anfitriones en la última prueba MBVT, vienen de hacer un gran torneo en Tarragona. “Tarragona es tierra fetiche, desde que en 2011 gané en el Vendrell el Campeonato de España con Germán López, siempre que voy, me sale bien”, así nos explica su conexión con la localidad catalana Manu De Amo, aunque para Chema, Tarragona, también es especial, sobre todo si viene de previas un jueves y se meten en semifinales por el cuadro de ganadores.

  • Hay imágenes que hablan por sí solas, aun así, Chema, contesta a la pregunta, ¿Qué se siente? (Vídeo)

Es difícil describirlo, hay veces que los sentimientos no son fáciles de describir. Fue una subida de adrenalina, romper con la mala racha de este año, y más sabiendo que venía tocado de semanas anteriores con el hombro, que había estado con una lumbalgia el miércoles y el jueves jugaba… eran duros esos días. Y llegas el sábado por la tarde, en un ambiente de lujo, con mucha gente de público… fue sobre todo liberación; después del subidón de adrenalina, cuando te da la explosión final, saltan las lágrimas y te emocionas. Un largo camino, duro, y al final con un buen resultado trabajado.”

«Io» De Amo y Chema Ariza, plata en los Juegos Mediterráneos 2009, Pescara

Chema es tajante cuando le preguntamos cuál fue la clave para obtener esos resultados: “No entrenar. Tuvimos un mal partido en previas en Valencia contra  Oscar/Cairus (se metieron en semifinales) y entonces comenzamos con la mala racha, a pesar de lo que nos habíamos preparado. Así que nos reunimos y decidimos dejar de entrenar un tiempo, despejarnos la mente, descansar y no presionarnos. No pensar en el resultado sino en disfrutar. Quitarnos la presión, desconectar y volver a disfrutar jugando.”  Y parece que les fue bien, aunque la clave de esta pareja parece que es la compenetración que ambos jugadores tienen tanto dentro como fuera del campo: “Dentro y fuera del campo, creo que es el mejor compañero que puedo tener. Cuando estoy mal tira de mí, cuando estoy bien me anima… nos compenetramos muy bien tanto dentro como fuera”, así describe De Amo a su compañero, Chema Ariza, quien también tiene bonitas palabras para Manu, aunque, si le insistimos, le encuentra un “pero”:  “Manu es muy organizado. La capacidad de resolución y organización que tiene, lo fácil que es convivir con él y, además sé que puedo confiar en él, esos son sus mejores rasgos. ¿El pero? que en todos los torneos me hace comer siempre ensalada de arroz. Para comer y para cernar, siempre, al menos permite que sea integral.”

 

Chema Ariza comenzó a jugar a vóley playa en 2003 y dos años después empezó a competir más fuerte. Con Miguel Ángel De Amo (“io” De Amo, hermano de su actual compañero), jugó el partido que recuerda más difícil y más bonito al mismo tiempo: la final del Mundial Universitario en Hamburgo, 2008, contra la pareja ucraniana ante la que se llevaron el oro. “Realmente los partidos más difíciles de ganar han sido los más bonitos. Es algo complicado, pero lo asocio a lo positivo y eso lo hace bonito.” Aunque también reconoce como difícil un partido en el que tuvo que jugar un tie-break con una lipotimia, “era incapaz de saltar, no veía nada, pero eso no es bonito.”

Manu De Amo e «Io» De Amo

El partido más bonito y también más difícil que recuerda Manu De Amo, que comenzó a competir con 16 años animado por su hermano, Io, fue precisamente también con este en el campo, aunque en el campo contrario: “la semifinal de Laredo contra mi hermano y Nacho (Batallán). Fue un 2-1, perdimos y fue el partido, tanto tácticamente como mentalmente, que más duro hemos jugado. Fue el más duro, también físicamente porque hacía mucho calor, pero también el más bonito. Siempre que me enfrento contra mi hermano es especial, más aún en una semifinal, más aún en Laredo. Fue un 2-1 súper ajustado y las dos parejas jugamos a un nivelazo.”


Como anécdota de Manu, os diremos que es un jugador que apenas acumula tarjetas, pero casi todas las que le han sacado han sido en los partidos en los que se enfrentaba a su hermano.


Ariza-De Amo llevan jugando como pareja desde 2014, y mientras que para Chema Ariza lo peor de competir en vóley playa es tener que jugar varios partidos en un día: “tener en un mismo día que activarte y desactivarte tres veces te hace no estar al 100%. Te pegas 3-4 días compitiendo y, aunque hagas otras cosas, en el fondo tu mente está en la competición y eso requiere de mucha concentración que agota”. Para Manu, lo peor es el sacrificio casi diario que supone compaginar jugar a este nivel con el trabajo, la familia, o los amigos. Pero sin dudas a ambos el vóley playa les aporta más de lo que les quita: la satisfacción personal de llegar arriba cuando te esfuerzas por ello sin ser esta tu profesión, y la gente con la que se rodean, con la que comparten rivalidad en el campo pero fuera mantienen amistad. “Otra cosa que me gusta mucho es cuando estoy jugando y la gente está disfrutando en la grada, ver a la gente disfrutando me motiva mucho”, añade Chema. También piensan en cosas que podrían mejorar, Ariza-De Amo, como otros jugadores, creen que los cuadros deberían ser de 16 y no de 12 para ser más igualitarios, “no dar tanta ventaja a los de arriba y tanta desventaja a los de abajo”, además de aumentar la visibilidad al resto de parejas más allá de las semifinales, “Escalona Rojas / González, por ejemplo, han hecho puestos muy buenos y no se ha oído hablar de ellos.”

 

Para terminar, ¿qué va a pasar en Fuengirola?

Manu: Vamos a ir a disfrutar, sin presión la presión de resultados. Creo que podemos estar en pase a semifinales, de ahí para arriba todo lo que venga será un regalo.

Chema: Disfrutar cada partido, en casa, con familiares y amigos en las gradas, hasta donde lleguemos.

Ariza-De Amo